jueves, 23 de abril de 2015

El hambre en Colombia: La otra guerra

Por Carlos Gustavo Rengifo Arias

Una versión editada de este artículo fue publicado en Periferia Prensa Alternativa en la Edición No 105, del 20 de abril - 20 de mayo del 2015

En Colombia las estadísticas oficiales de muertes por el conflicto social y armado que ha padecido nuestro país por más de 50 años, y los que pone la delincuencia común, opacan las producidas por una guerra económica que se nos aparece como silenciosa, pero no menos devastadora: la del hambre. En lo que va del periodo del 2009 al 2014, según el Instituto Nacional de Salud, cerca de 240 niños, menores de 5 años, han muerto en nuestro país por causas de desnutrición; y en enero de este año, se ha reportado que seis familias habrían enterrado a sus hijos a causa del hambre, tres de ellos no habían cumplido siquiera un año y los otros tres tenían entre 12 y 15 años. Las tasas más altas de desnutrición se presentan en los departamentos de la Guajira, Córdoba, Magdalena, Risaralda, Nariño, Meta y Vaupés, la mayoría regiones que se han caracterizado, además, por tener altos niveles de pobreza. La muerte por hambre en el mundo y en Colombia es una barbarie naturalizada.

En el resto del mundo el hambre tampoco da tregua. A 2013, según un artículo titulado “el Hambre, la guerra silenciada” de Carlos Ayala Ramírez, quien cita estadísticas de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), uno de cada 4 niños menores de cinco años padece de retrasos del crecimiento en el mundo, el hambre y la malnutrición matan a más personas cada año que el Sida, la Malaria y la Tuberculosis juntas, e incluso el autor afirma que el hambre genera más muertes que cualquiera de las guerras actuales: la desnutrición aguda mata a 10 mil niños cada día, 165 millones de niños están mal nutridos y nunca alcanzaran su potencial físico y cognitivo, 900 millones de personas pasan hambre y cerca de 2000 millones de personas en el mundo carecen de vitaminas y minerales esenciales necesarios para tener una buena salud.

¿la causa del hambre es la falta de alimentos?, Las cifras de hambre contrastan con la gran cantidad de alimentos que se producen en el mundo: un planeta de 7.000 millones de personas que produce alimentos para 12.000 millones. Aparejado a esto, la FAO afirma que 1.300 millones de toneladas de alimentos al año (sin contar pescado y mariscos) van a parar a los botes de basura y particularmente en los países desarrollados se tiran entre el 30% y el 50% de la comida que se consume. Por otra parte, allí donde hay ingresos más que suficientes el hambre no es un problema pero si la malnutrición, unos 1400 millones de personas tienen sobrepeso y de estas, un tercio son obesas y corren gran riesgo de salud por esta razón.


"Mr. Hamburguesa", Carlos Rengifo, 2015, Lápices de colores sobre papel, 21.5 cm x 15 cm.


Lo anterior no solo demuestra que existe un derroche inmoral de recursos, sino que además, está acompañado de un alto impacto ambiental: los alimentos que producimos y que luego no comemos consumen un volumen de agua equivalente al caudal anual del río Volga (el río más acaudalado y largo de Europa, con una longitud de 3.690 Km, 1.450.400 km² de superficie y un caudal medio de 8000 m³/s) y son responsables de añadir 3.300 millones de toneladas de gases de efecto invernadero a la atmósfera del planeta.

Lo que explica esta incongruencia entre las cifras de hambre y la producción de alimentos es que el mercado, institución por excelencia del modo de producción capitalista, no produce para satisfacer necesidades humanas sino para satisfacer necesidades de mercado. A esto se le agrega los bajos ingresos de amplios sectores de la población mundial (en particular, en A.L. el 20% de la población más rica tiene un ingreso 20 veces mayor al ingreso del 20% más pobre, lo que hace que 47 millones de personas sufran de hambre en nuestro continente), la concentración de tierras (cada vez las naciones más ricas compran tierras en países pobres) y el uso de la misma con privilegio hacia la destinación de ésta hacia la ganadería y los agro negocios, la falta de acceso a agua potable, y allí donde se puede acceder a los alimentos, formas inapropiadas de consumirlos.


La desnutrición en Colombia

Según los expertos existen tres tipos de desnutrición: riesgo nutricional, en la que las personas se alimentan pero no de forma adecuada (tiene que ver con la calidad de lo que se ingiere), desnutrición crónica, en la que la persona no recibe los alimentos suficientes para su crecimiento y desarrollo (tiene que ver no solo con la calidad sino con la cantidad) e inanición, en la que la persona es privada de los alimentos por completo.

En el caso de Colombia, la tasa nacional de desnutrición infantil es del 13,2%, pero en departamentos como Vaupés es crónica, llegando al 34,7%, en el Choco es de 15,7% y en la Guajira es del 27,9%. Es en este último departamento, en donde al parecer, se han presentado más muertes por desnutrición infantil, tanto así que a comienzos del 2014 el entonces director de planeación del departamento denunció penalmente a las instituciones encargadas de la atención a la niñez por la muerte de 30 niños en el 2013, y el 98,5% de estos correspondían a niños indígenas y más de la mitad eran menores de un año. A pesar de esta grave alarma a Julio de 2014 ya habían muertos otros 15 menores por desnutrición en el departamento.

Cifras más alarmantes proporcionadas por el Instituto Nacional de Salud hablan de que en Colombia muere un niño menor de 5 años cada 33 horas, lo que significaría 5 muertes a la semana, pero investigadoras de la Universidad Externado de Colombia hablan de que las cifras podrían llegar hasta los 21 niños semanales. ¿Cual es la razón en la diferencia de estas cifras?. La Sociedad Colombiana de Pediatría afirma que existe un sub-registro de las muertes por desnutrición, ya que los niños que mueren quedan registrados como muertos por neumonía, diarrea y otro tipo de infecciones graves (causadas precisamente por la desnutrición).

La desnutrición (independiente de su gravedad) esta asociado, según el Programa Mundial de Alimentos, a la pobreza, y en el caso particular de Colombia al desplazamiento, que lleva a muchas familias de las zonas rurales a engrosar los cinturones de miseria de las ciudades e impide que las familias puedan acceder a una cantidad adecuada de alimentos; y cuando difícilmente pueden acceder ellos compran los más baratos, que son generalmente alimentos ricos en Carbohidratos (Papa, Arroz, Yuca y Plátano), es decir que comen, pero no se alimentan.

La condición de pobreza es un circulo vicioso: los bajos ingresos impiden a las familias proveer a sus hijos de los alimentos suficientes y de calidad, la insuficiencia de nutrientes producen desnutrición que se manifiesta en anemia, afecta la formación de los tejidos y el crecimiento de los huesos (por eso los niños desnutridos son más pequeños), afecta la integridad de la piel y las mucosas y pueden llegar, incluso, a quedar ciegos. Finalmente, los casos más graves de desnutrición afectan de manera fundamental el sistema inmunológico y es usual que los niños mueran por infecciones pulmonares, gastrointestinales, neumonía y diarrea (las razones del su-registro que se comentaban más atrás). Los que logran sobrevivir presentan daños cerebrales y neuronales, ya que la insuficiencia de alimentos en cantidad y calidad impide que el cerebro crezca, reduciendo las capacidades de aprendizaje y predisponiéndolos a más pobreza.


Finalmente, es curioso cómo a pesar de la gravedad de las cifras de muertes por desnutrición en Colombia, nuestro país pretende ingresar a la OCDE, una institución que se precia de promover el bienestar económico y social alrededor del mundo.