“Banksy” al Ataque !
Por Carlos Gustavo Rengifo Arias
Una edición editada de este artículo fue públicado en Periferia Prensa Alternativa, Edición No 106, 20 de Mayo - 20 de Junio de 2015, Pág. 18
Corren los 90's en la ciudad de
Bristol (Inglaterra), es una fría noche y unos chicos se preparan para “rayar”
un Grafiti en uno de los vagones del tren, pero pronto se percatan que
la Policía de Transporte Británica esta en el lugar y no tienen otra
opción que huir, so pena de ser capturados y encarcelados por “vandalismo”.
“Banksy”, con tan solo 18 años y quien por aquel entonces firmaba como “Robin
Banx” no encuentra otro escondite que hacerse debajo de un viejo camión que
chorreaba aceite quemado, mientras la policía seguía rondando el lugar. Allí se
dio cuenta, según narra en una esporádica entrevista años más tarde, que debía
disminuir el tiempo de realización de su pintura o abandonarla totalmente,
desde aquel entonces comenzó a utilizar plantillas para “imprimir” sus
creaciones, técnica conocida como el “estencil”.
Su fama vendría a inflarse como
una burbuja hacia 1994 (y se sostiene hasta nuestros días), cuando los
habitantes de Bristol despertaron y encontraron, en una de sus calles, una
pintura mural en la cual se observaba un tierno, pero gigante oso de peluche
lanzando una bomba Molotov a unos policías anti-motines. En la misma ciudad,
pero en el año 2006, un nuevo mural apareció al frente de la alcaldía de la
ciudad: en esta ocasión era un dibujo de un hombre desnudo que a duras penas se
se sostenía de una ventana de la que colgaba, ayudándose con apenas algunos de
sus dedos. La alcaldía no lo quiso borrar inmediatamente y prefirió organizar un
voto público para que decidir si se cubría aquella expresión artística que
muchos consideraban un acto de “vandalico”. Votaron cerca de 1000 personas y el
93% de ellas decidieron que el dibujo
debería permanecer en la pared. No corrió con la misma suerte un mural
realizado en la ciudad de Londres en el 2008, que mostraba a un pequeño niño
pintando un cartel que decía “Toma esto, sociedad”, el cual fue rápidamente
borrado por las autoridades locales.
Arte Urbano
De esta manera había nacido una
leyenda del arte callejero, leyenda, porque a ciencia cierta, nadie sabe si
“Banksy”, como se auto-nombra este artista del arte urbano, es hombre o mujer,
individuo o colectivo, ya que ha preferido guardar su identidad en el
anonimato, negándose a aparecer en público o mostrar su verdadero rostro (ni
siquiera aparece en sus propias exposiciones oficiales). En la esporádica
información que ha brindado en su página web o en una que otra entrevista por
correo electrónico, parece entre verse
que el artista, al parecer de origen británico (sus primeras obras aparecieron
en la ciudad de Bristol, por lo que se presume nacido allí), y cuya edad se
parece oscilar entre los 28 y los 35 años, tuvo como padre a un técnico de
fotocopiadoras y a temprana edad se vio seducido por el boom del Grafitti de
los años 80ś. Y en efecto su obra se cataloga en la categoría de “Street
Art” (o Arte Urbano), una corriente de expresión artística que tiene su
auge a partir de los 90's y que recoge otras expresiones como el Grafitti, las
Plantillas (Stencil), los Posters, Pegatinas y murales. La mayoría de estas
formas artísticas ya existían desde los 60's, pero es en los 90's donde
diversas propuestas de este genero cobran importancia en distintas partes del
mundo. El arte urbano se integra en los lugares públicos, generalmente muy
transitados, tiene un gran contenido político y en la mayoría de los casos
tiene como fin el enviar contra-mensajes en oposición a los medios masivos de
comunicación. Entre los artistas de este genero figuran, ademas de “Banksy”,
otros como John Fekner, Shepard Fairey y “Blek Le Rat”.
La obra
Es imposible dar cuenta de toda
la obra de este artista, porque mucha de ella está en la memoria colectiva ya
que ha sido borrada y destruidas por las autoridades locales que la han
considerado vandálica y quedan tan solo
algunos registros fotográficos que el mismo artista ha tomado. Lo cierto es que
la característica esencial de la obras de Banksy es que éstas, por lo menos
inicialmente, no han sido concebidas para ser comercializadas, sino que
aparecen de manera repentina en las calles y paredes de Gran Bretaña (y
últimamente en ciudades como Viena, San Francisco, Barcelona, París, Detroit y
hasta Cisjordania) y tiempo después es reproducida en cuadros y serigrafías que
han alcanzado precios astronómicos, llegando una de sus obras a tener el precio
de mercado de 600.000 Euros (cerca de 1.600 millones de pesos colombianos),
convirtiéndolas en un fetiche para los negociantes y acaudalados coleccionistas
de arte, precio que contrasta con la actitud del artista de colgar en su página
web oficial fotos en alta resolución de su obra para que sea descargada de
manera gratuita, o de trabajar en obras benéficas organizadas por el colectivo
ambientalista Greenpeace. Esta actitud de “Banksy” confunde aún más a
algunos de sus críticos (entre ellos, otros artistas y activistas) quienes lo
acusan entre otras cosas, del irónico uso que este artista callejero hace de la
iconografía anti-capitalista y de protesta, mientras, al parecer, trabaja para
grandes empresas y galerías de arte. Otros, por su parte, le critican el que
plasme sus mensajes anti-sistema en barrios y edificios cuyos habitantes no los
comparten, lo que por el contrario, a juicio del autor de este artículo es
meritorio, ya que configuraría una lucha ideológica desde el discurso gráfico;
y finalmente, aquellos que acusan al artista y su obra de ser vandálica y de
glorificar el arte callejero.
En su obra se entreve un deseo de
promover una visión anti-mercado y anti-medios de comunicación, a través de la
re-contrucción de imágenes comúnmente conocidas, cambiando su sentido original
y re-orientandola hacia una crítica de la sociedad de consumo, el militarismo o
como la sociedad contemporánea apaga nuestros deseos más humanos (amor, amistad,
solidaridad, etc ) en aras del consumo capitalista. Sarcástica, satírica,
irónica, subversiva, y hasta romántica, su obra, es en general un risotada
gráfica contra la sociedad, sus estructuras y sus protagonistas, la política y
la moral, así como el gran poder que tienen las grandes corporaciones
(incluidos los grandes medios de comunicación y las cadenas de comidas rápidas)
en nuestra cotidianidad.
Respecto a su propia obra
“Banksy” ha llegado a afirmar que “todo el Grafiti es la disidencia de
bajo nivel, pero las plantillas tienen una historia extra, han sido utilizadas
para iniciar revoluciones y para detener guerras” y respecto al inusitado
precio que han alcanzando sus obras (o más bien sus reproducciones) el artista
afirmó, en alguna ocasión, que “me encanta la forma en que el capitalismo
encuentra un lugar, incluso para sus enemigos”.
PD:
El 10 de agosto de 2011, Diego
Felipe Becerra, un jovén grafitero bogotano, cuyas armas eran apenas unos
cuantos aerosoles, fue asesinado recibiendo disparos por la espalda en confusos
hechos, en los cuales están involucrados miembros de la Policía Metropolitana
de Bogotá, caso en el cual un Coronel y dos Sub-intendentes de esta institución
han sido acusados formalmente por la Fiscalía de ocultamiento, alteración y
destrucción de materiales probatorios. Los uniformados deberán responder por
los delitos de porte ilegal de armas, fraude procesal favorecimiento al
homicidio, falsedad ideológica, y ocultamiento, alteración o destrucción de
elemento probatorio por presuntamente haber alterado la escena del crimen, ya
que los Sub-intendentes implicados habrían conseguido un arma de fuego que
sería ubicada posteriormente en la escena.