miércoles, 2 de diciembre de 2015


A Ciudades Mudas, Paredes Parlantes

Por Carlos Gustavo Rengifo Arias

Una versión editada de este artículo fue publicado en el Periódico "El Colectivo", Comunicación Popular, No 1, Noviembre de 2015, Pag. 13

“Bombeando el Sistema”

A ciudades mudas, paredes parlantes”, pareciera ser este el lema representativo de una expresión artística urbana llamada “Street Art” o “Arte urbano”. Como se narra en un articulo de la revista semana en el 2012, algunos identifican el origen de este arte desde que el hombre pinto por primera vez una pared, es decir desde el “Arte rupestre”, pasando por la pintura mural en el Imperio Romano y los importantes murales en el “Renacimiento”. En el siglo XX, artistas como Yves Klein o Jean-Michel Basquiat (apoyado por el famoso artista de Arte Pop Andy Warhol), hicieron obras en espacios públicos. En París fue una práctica muy común entre algunos pintores en los años cuarenta y cincuenta. Ya en los 60´s, en Filadelfia (EEUU) esta expresión asume las cualidades de un movimiento artístico, que se hacia llamar “Bombing”, a través del cual los artistas  inundaban los muros de la ciudad con mensajes de protesta. Rápidamente, el movimiento se trasladó a Nueva York, particularmente a la zona del Bronx, donde artistas muy jóvenes empezaron a pintar los muros de las estaciones del metro con variadas imágenes. No puede entenderse el “boom” de esta manifestación artística, que empezó a conocerse como grafiti, sin comprender el estrecho lazo de esta, con el nacimiento y desarrollo de géneros musicales como el Rap, el Hip Hop y el Breakdance, géneros, como se sabrá, bastante contestatarios.

Esta forma de expresión artística alcanza un estatus elevado en el “Arte Contemporáneo” mundial a partir de los 90's y recoge variadas técnicas artísticas como el Grafitti (Pintura con aerosol), “las Plantillas” (Stencil), los “Posters”, las “Pegatinas” y la “Pintura mural”. El arte urbano se integra en los lugares públicos, generalmente muy transitados, tiene un gran contenido político y en la mayoría de los casos tiene como fin el de enviar mensajes contra-sistémicos o de oposición al “Status Quo” Esto ha hecho que desde su nacimiento como expresión artística sea perseguido por las autoridades oficiales y considerado como “subversivo” e “Ilegal”.

Entre los artistas mas famosos de este genero a nivel mundial podemos encontrar a “Banksy”, John Fekner, Shepard Fairey y “Blek Le Rat”.



"libertad y desorden", Por "Toxicomano callejero"


El “Street Art” en Colombia

En América Latina el grafiti llegó primero a Brasil. En São Paulo y Río de Janeiro se encuentran algunos de los artistas más representativos del género, como los hermanos Otávio y Gustavo Pandolfo, llamados Os Gêmeos. En Colombia este movimiento empezó a surgir en los noventa y se consolidó en la década pasada. Hoy, en Bogotá –ciudad que, junto a Medellín, lidera el movimiento– hay varios espacios intervenidos y trabajan muchos artistas como “Guache”, “Toxicómano Callejero”, “DJ Lu” y “Lesivo”, cuatro de los artistas mas reconocidos en Bogota, quienes en el 2012 lanzaron el libro “Calle esos Ojos”, con la intención de dar a conocer el valor del arte urbano. Estos artistas se conocieron en el 2004 gracias a su afición al Grafitti y crearon un colectivo. En una entrevista a la revista Semana en el 2012, “Toxicómano Callejero” manifestaba: Nunca tenemos un lugar predeterminado. Simplemente vamos y pintamos en sitios abandonados y les damos vida. La calle es un lugar que nos pertenece a todos. Lo que pretendemos es que a través de la pintura se dé un vinculo, un diálogo entre los ciudadanos”. En la misma entrevista, DJ Lu hacia énfasis en que “La calle se está usando cada vez más para el tránsito, para ir de un lugar a otro en su carro y no interactuar con nadie. La propuesta que yo tengo está precisamente enfocada en la visibilización de lo que ocurre allí”. También pueden referenciarse en la escena nacional otros artistas como “Bastardilla”, “Deadbird”, “Seta”, “Chac” y “Zokos”.

"Las venas siguen abiertas", Por "Toxicomano Callejero"

A pesar de que esta expresión artística ya ha alcanzado la dimensión de movimiento en el marco del “Arte Contemporáneo” nacional, tanto que ya se hacen eventos nacionales e internacionales del mismo (como el reciente festival realizado el mes pasado en Medellín, llamado  “Pictopia” y promovido por le colectivo “Gráfica Mestiza”), su carácter marcadamente contestatario y rebelde hace que aun sea prohibido y perseguido en las ciudades de nuestro país. De esta manera, los artistas callejeros se ven obligados a usar seudónimos y a pintar o “rayar”, como ellos mismos lo llaman, en horas en las que la Policía no los detenga. Es de anotar que, aunque últimamente en Bogota y en Medellín las Secretarias de Cultura vienen promoviendo y permitiendo las “pintas” en determinados lugares, no se puede olvidar que en el mes de Marzo del 2014, en la ciudad de Bogota, cuando el Alcalde Gustavo Petro fue retirado temporalmente de su cargo, la Policía Metropolitana decidió borrar los grafitis autorizados por dicha administración. Tampoco puede olvidarse el asesinato, el 19 de agosto del 2011, del joven grafitero Diego Felipe Becerra(de tan solo16 años), a manos de agentes de la Policía Metropolitana de Bogota, crimen que aun sigue impune.

Los “artistas callejeros”, sus temas y sus motivaciones

En una reciente entrevista para el diario “El Tiempo” en el mes de Octubre, “Guache” y “Toxicómano Callejero”, dos de los artistas mas reconocidos del “Street Art” en Bogota, dan luces de sus inicios en este genero artístico y de sus motivaciones.

El primero, influenciado por su padre, que hacía pintura costumbrista y por los dibujos animados pronto comenzó a pintar. Después ingreso a la “Nacho” a Diseño Gráfico y a interesarse por la política, como el mismo lo afirma, “...Cuando yo estaba en la universidad, era muy afecto a los grupos radicales y a esa movida de reacción primaria frente al Estado. Pero era básicamente la reproducción de lo mismo. Entonces empecé a buscarles el quiebre a las estructuras y a encontrarme más con los libertarios, movidas menos pretenciosas, sin querer salvar el mundo”. Su obra se caracteriza por un colorido casi “Psicodelico” y rescata la memoria de una América Latina indígena y mestiza y su cosmogonía.


"Vida Digna", Por "Guache"

Por su parte, “Toxicómano Callejero” narra que su proceso empezó con la musica, “...en el barrio Santa Isabel, con un parchecito, del cual han salido grupos de Punk como Alerta. Hacía plantillas para tener el logo de las bandas. Nunca he sido bueno para el dibujo, me gusta recortar. El boom de la comunicación contra-cultural alimentó el asunto. Estudié Publicidad y siempre trato de dejar un mensaje de independencia”. Para este artista el arte es “rebeldía y critica constante...tratamos de hacer de la comunicación algo muy sencillo; los discursos al final resultan ser para las élites intelectuales. Nos gusta la sencillez, una frase fácil de digerir. Al comienzo todo era crítica, pero últimamente reitero el mensaje simple, con la idea de lograr un espacio en la mente de las personas”. Su obra se caracteriza por una alta influencia del Pop Art, murales inmensos (la mayoría de ellos en Bogota) con una técnica muy cercana al “Stencil” y las “Plantillas”, caracterizada por grandes extensiones de color plano y contrastado, énfasis en la silueta y que privilegia la ironía, el cinismo y la critica política, la defensa del territorio frente a los mega proyectos  y rescata la iconografía visual y verbal de nuestra latinoamerica.


"Este territorio es Nuestro", Por "Toxicomano Callejero"


En un país como Colombia, con graves problemas económicos y sociales como la desigualdad y la pobreza (es el mas desigual de América latina), la corrupción(es el tercero mas corrupto del mundo y el primero en nuestra región), los elevados niveles de desplazamiento forzado y la violación cotidiana de los Derechos Humanos, el “Street Art” o el “Arte Urbano”, convierten a esta expresión artística en una trinchera de denuncia de las injusticias, del rescate de una cultura propia, de la necesidad de un arte publico, y de un arte que le imprime a la ciudad un calor pictórico, frente al a veces avasallante frío de la ciudad controlada por unos pocos. 

sábado, 5 de septiembre de 2015

Una Paz Duradera para Colombia

Por Carlos Gustavo Rengifo Arias

Una versión editada de este artículo fue publicado en Periferia Prensa Alternativa, Edición No 109, 20 de agosto-20 de septiembre, Pág. 14, 2015.

Nadie que no este en sus cinco sentidos quisiera que nuestro país siguiera en una guerra que ha durado más de medio siglo y en la que han muerto al menos 220.000 personas, 25.000 desaparecidas y 4.744.046 desplazadas en el periodo comprendido entre 1958 y 2012, según el informe presentado por el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) en el 2013. Pero una superación definitiva del conflicto social y armado en Colombia demanda una paz duradera, no una que consista solamente en la desmovilización de las Farc y que estos paguen cárcel, como lo espera el gobierno, sino una paz con justicia social. Y para que exista justicia social es un imperativo abandonar el modelo neoliberal que viene implementándose desde hace 25 años y que es el causante del incremento de la desigualdad y la pobreza en Colombia.

Y es que los niveles de desigualdad y pobreza en Colombia han aumentado con la implementación del Neoliberalismo. Hasta el 2013, el coeficiente Gini de Colombia era 0,54, lo cual indica que el 20% de la población con más ingresos se queda con aproximadamente 60% del ingreso. Con relación a la pobreza y la pobreza extrema, departamentos como Quibdó, cuentan con 49,9% y 17,5% en su orden, junto a Riohacha, 43,3% y 12,7%, son las peores clasificadas. En el otro extremo, Bucaramanga (10,3% y 1,2%) y Bogotá (10,2% y 1,6%) registran los mejores indicadores, esta situación se explica por tres factores: la tasa de desempleo, la informalidad y un nivel de salario por debajo del mínimo, la dispersión salarial es muy amplia entre los que trabajan y tienen, según un artículo publicado en el diario Portafolio en el 2014 y escrito por Ricardo Mosquera, Exrector y profesor asociado de la Universidad Nacional. Es una realidad mundial reconocida por organismos internacionales como el FMI y el BM que la desigualdad y la pobreza sigue aumentando tanto al interior de los países con entre estos y nuestro país ocupa el deshonroso primer puesto como el país más desigual de Latinoamérica y el tercero más desigual del mundo, también es el tercero más corrupto de todo el planeta, índices solo comparables con los países de África.

La implementación del modelo neoliberal significó en primera instancia, la privatización de varias empresas estatales, privatizando los derechos asociados a estos y aumentando el desempleo, y por otra parte, el aumento de las importaciones agropecuarias e industriales, que hoy son responsables de la crisis del campo y la des-industrialización del país, como diversos analistas lo vienen planteando durante varios años. Por ejemplo, con la firma del TLC con EEUU se comprobó que nuestro país fue el perdedor, ya que en el periodo que comprende de mayo 2012 a marzo 2014, las exportaciones colombianas a EEUU pasaron de US$ 40.277 millones a US$34.279 millones, una caída de 15% en las ventas colombianas, y por su parte las importaciones crecieron en el mismo periodo de US$24.708 millones entre mayo de 2011 y febrero de 2013 a USD $28.142 millones. Esto significa que las importaciones crecieron 13.9% durante el TLC con EEUU, según el octavo informe sobre los resultados del TLC publicado en el portal tlcaldesnudo.com

En relación con lo anterior, el panorama laboral en Colombia es cada vez más precario. Según un informe publicad en el portal las2orillas, en el mes de agosto de este año, y escrito por Fabio Arias Giraldo, Secretario General de la CUT, el 68 % de los más de 22 millones de colombianos que trabajan no tienen plena seguridad social; es decir, no están afiliados a salud, pensiones, riesgos laborales, caja de compensación o fondo de cesantías. Más de dos millones no tienen empleo. Casi la mitad de los trabajadores que no cuentan son seguridad social integral se encuentran bajo formas de contratación deslaboralizada, tales como OPS, cooperativas de trabajo asociado, fundaciones, prestación de servicios, SAS, contratos sindicales, entre muchas. El 80 % de la población económicamente activa (PEA) gana menos de dos salarios mínimos legales vigentes; es decir, es una población trabajadora que no alcanza a comprar con su salario la canasta básica familiar. El 50 % de los trabajadores gana menos de un salario mínimo. La sindicalización es menos del 5% y Colombia ha sido catalogado como uno de los países en donde menos crece el salario mínimo, según un informe de la OIT del 2013.

Una paz duradera debiera cuestionarse seriamente como un factor crucial en el origen del conflicto social y armado como es el de la concentración de la tierra sigue hoy empeorando. En la década de los 60's, ya el 10% de la población concentraba más del 80% de la tierra, de acuerdo al libro “El Estado y las políticas públicas” de Alejo Vargas, docente de la Universidad Nacional, y según el reciente Censo agropecuario tan solo el 0.4% de la población concentra hoy cerca de la mitad de la tierra, mucha de obtenida por vías ilegales. Los niveles de desempleo en el campo son los más altos del país (8,3%) y el 75% del empleo es informal. En el campo los pobres son el 65% y los indigentes el 33%. Este es el resultado de décadas de abandono y olvido que se refleja en que cerca del 90% de la población rural gana menos un mínimo o menos, 83% de la población rural está en el régimen subsidiado de salud, el 83% de los productores del campo manifestaron no haber utilizado maquinarias en sus labores y un 89 por ciento no ha solicitado créditos bancarios, ni ha accedido a asesoría o asistencia técnica, el 11% no tiene vivienda y el 16% tiene vivienda en mal estado, el 85% de la población carece de alcantarillado, el ingreso promedio de un campesino era en el 2009 de 220.000 pesos, mientras en la ciudad el ingreso promedio alcanzaba está 668.000 pesos, el analfabetismo es del 18,5%, y aún hoy el 60% no tiene agua potable.

Nuestro país ha pasado de ser potencia agrícola a importar una gran cantidad de bienes agropecuarios agravando la situación del campo colombiano. En el 2012, el país importó 4,1 millones de toneladas de alimentos entre enero y junio de ese año, una cifra que tuvo una leve reducción frente al 2012. Sin embargo, las estadísticas muestran que desde el año 2009 las importaciones de alimentos vienen creciendo de forma sostenida y solo en 2012 sumaron 9,5 millones de toneladas, lo que equivale a US$6.108 millones. Esta cifra fue superior en 909.021 millones de toneladas frente al 2011. Por ejemplo, las importaciones de arroz subieron 192 % en el primer semestre del año, las de pescado fresco y congelado 38 %; se han importado US$15 millones en trozos de pollo y las compras de cebolla cabezona pasaron de US$6 millones a US$13,5 millones, en el mercado mundial. Como esto, el país consume importado carne, tomates, lechugas, pepino, hortalizas frescas y congeladas, avena, maíz, sorgo, entre muchos otros productos, según el informe del impacto del TlC mencionado más arriba. 

Por último, según el reciente censo agropecuario solo el 6,3 por ciento del área rural de Colombia (7,1 millones de hectáreas), es usada para cultivos agrícolas, mientras que el 93,7 por ciento restante es utilizada para otras actividades como la ganadería, lo que ha debilitado la capacidad del país de auto abastecerse de alimentos e influenciando los niveles de desnutrición del páis. En relación a lo anterior, han aumentando los casos de desnutrición crónica en el país que alcanza un 13,2% de la población total infantil, en zonas como la Guajira y el Vaupes supera el 30%. Particularmente en la Guajira, que recibe una gran cantidad de regalías, los casos de desnutrición más extremos han llevado a 278 niños a la muerte entre el 2009 y el 2013, según cifras del Dane. 

Colombia necesita una paz perpetua, una que no siga enterrando a nuestros compatriotas y más bien que entierre de facto las razones que han alimentado históricamente el conflicto social y armado en Colombia, es decir, la desigualdad económica y política en nuestro país, que evite de esta manera la justificación de cualquier guerra.

viernes, 22 de mayo de 2015

Banksy” al Ataque !

Por Carlos Gustavo Rengifo Arias

Una edición editada de este artículo fue públicado en Periferia Prensa Alternativa, Edición No 106, 20 de Mayo - 20 de Junio de 2015, Pág. 18



Corren los 90's en la ciudad de Bristol (Inglaterra), es una fría noche y unos chicos se preparan para “rayar” un Grafiti en uno de los vagones del tren, pero pronto se percatan que la Policía de Transporte Británica esta en el lugar y no tienen otra opción que huir, so pena de ser capturados y encarcelados por “vandalismo”. “Banksy”, con tan solo 18 años y quien por aquel entonces firmaba como “Robin Banx” no encuentra otro escondite que hacerse debajo de un viejo camión que chorreaba aceite quemado, mientras la policía seguía rondando el lugar. Allí se dio cuenta, según narra en una esporádica entrevista años más tarde, que debía disminuir el tiempo de realización de su pintura o abandonarla totalmente, desde aquel entonces comenzó a utilizar plantillas para “imprimir” sus creaciones, técnica conocida como el “estencil”.

Su fama vendría a inflarse como una burbuja hacia 1994 (y se sostiene hasta nuestros días), cuando los habitantes de Bristol despertaron y encontraron, en una de sus calles, una pintura mural en la cual se observaba un tierno, pero gigante oso de peluche lanzando una bomba Molotov a unos policías anti-motines. En la misma ciudad, pero en el año 2006, un nuevo mural apareció al frente de la alcaldía de la ciudad: en esta ocasión era un dibujo de un hombre desnudo que a duras penas se se sostenía de una ventana de la que colgaba, ayudándose con apenas algunos de sus dedos. La alcaldía no lo quiso borrar inmediatamente y prefirió organizar un voto público para que decidir si se cubría aquella expresión artística que muchos consideraban un acto de “vandalico”. Votaron cerca de 1000 personas y el 93%  de ellas decidieron que el dibujo debería permanecer en la pared. No corrió con la misma suerte un mural realizado en la ciudad de Londres en el 2008, que mostraba a un pequeño niño pintando un cartel que decía “Toma esto, sociedad”, el cual fue rápidamente borrado por las autoridades locales.



Arte Urbano

De esta manera había nacido una leyenda del arte callejero, leyenda, porque a ciencia cierta, nadie sabe si “Banksy”, como se auto-nombra este artista del arte urbano, es hombre o mujer, individuo o colectivo, ya que ha preferido guardar su identidad en el anonimato, negándose a aparecer en público o mostrar su verdadero rostro (ni siquiera aparece en sus propias exposiciones oficiales). En la esporádica información que ha brindado en su página web o en una que otra entrevista por correo electrónico,  parece entre verse que el artista, al parecer de origen británico (sus primeras obras aparecieron en la ciudad de Bristol, por lo que se presume nacido allí), y cuya edad se parece oscilar entre los 28 y los 35 años, tuvo como padre a un técnico de fotocopiadoras y a temprana edad se vio seducido por el boom del Grafitti de los años 80ś. Y en efecto su obra se cataloga en la categoría de “Street Art” (o Arte Urbano), una corriente de expresión artística que tiene su auge a partir de los 90's y que recoge otras expresiones como el Grafitti, las Plantillas (Stencil), los Posters, Pegatinas y murales. La mayoría de estas formas artísticas ya existían desde los 60's, pero es en los 90's donde diversas propuestas de este genero cobran importancia en distintas partes del mundo. El arte urbano se integra en los lugares públicos, generalmente muy transitados, tiene un gran contenido político y en la mayoría de los casos tiene como fin el enviar contra-mensajes en oposición a los medios masivos de comunicación. Entre los artistas de este genero figuran, ademas de “Banksy”, otros como John Fekner, Shepard Fairey y “Blek Le Rat”.



La obra

Es imposible dar cuenta de toda la obra de este artista, porque mucha de ella está en la memoria colectiva ya que ha sido borrada y destruidas por las autoridades locales que la han considerado vandálica  y quedan tan solo algunos registros fotográficos que el mismo artista ha tomado. Lo cierto es que la característica esencial de la obras de Banksy es que éstas, por lo menos inicialmente, no han sido concebidas para ser comercializadas, sino que aparecen de manera repentina en las calles y paredes de Gran Bretaña (y últimamente en ciudades como Viena, San Francisco, Barcelona, París, Detroit y hasta Cisjordania) y tiempo después es reproducida en cuadros y serigrafías que han alcanzado precios astronómicos, llegando una de sus obras a tener el precio de mercado de 600.000 Euros (cerca de 1.600 millones de pesos colombianos), convirtiéndolas en un fetiche para los negociantes y acaudalados coleccionistas de arte, precio que contrasta con la actitud del artista de colgar en su página web oficial fotos en alta resolución de su obra para que sea descargada de manera gratuita, o de trabajar en obras benéficas organizadas por el colectivo ambientalista Greenpeace. Esta actitud de “Banksy” confunde aún más a algunos de sus críticos (entre ellos, otros artistas y activistas) quienes lo acusan entre otras cosas, del irónico uso que este artista callejero hace de la iconografía anti-capitalista y de protesta, mientras, al parecer, trabaja para grandes empresas y galerías de arte. Otros, por su parte, le critican el que plasme sus mensajes anti-sistema en barrios y edificios cuyos habitantes no los comparten, lo que por el contrario, a juicio del autor de este artículo es meritorio, ya que configuraría una lucha ideológica desde el discurso gráfico; y finalmente, aquellos que acusan al artista y su obra de ser vandálica y de glorificar el arte callejero.



En su obra se entreve un deseo de promover una visión anti-mercado y anti-medios de comunicación, a través de la re-contrucción de imágenes comúnmente conocidas, cambiando su sentido original y re-orientandola hacia una crítica de la sociedad de consumo, el militarismo o como la sociedad contemporánea apaga nuestros deseos más humanos (amor, amistad, solidaridad, etc ) en aras del consumo capitalista. Sarcástica, satírica, irónica, subversiva, y hasta romántica, su obra, es en general un risotada gráfica contra la sociedad, sus estructuras y sus protagonistas, la política y la moral, así como el gran poder que tienen las grandes corporaciones (incluidos los grandes medios de comunicación y las cadenas de comidas rápidas) en nuestra cotidianidad.



Respecto a su propia obra “Banksy” ha llegado a afirmar que “todo el Grafiti es la disidencia de bajo nivel, pero las plantillas tienen una historia extra, han sido utilizadas para iniciar revoluciones y para detener guerras” y respecto al inusitado precio que han alcanzando sus obras (o más bien sus reproducciones) el artista afirmó, en alguna ocasión, que “me encanta la forma en que el capitalismo encuentra un lugar, incluso para sus enemigos”.

PD:

El 10 de agosto de 2011, Diego Felipe Becerra, un jovén grafitero bogotano, cuyas armas eran apenas unos cuantos aerosoles, fue asesinado recibiendo disparos por la espalda en confusos hechos, en los cuales están involucrados miembros de la Policía Metropolitana de Bogotá, caso en el cual un Coronel y dos Sub-intendentes de esta institución han sido acusados formalmente por la Fiscalía de ocultamiento, alteración y destrucción de materiales probatorios. Los uniformados deberán responder por los delitos de porte ilegal de armas, fraude procesal favorecimiento al homicidio, falsedad ideológica, y ocultamiento, alteración o destrucción de elemento probatorio por presuntamente haber alterado la escena del crimen, ya que los Sub-intendentes implicados habrían conseguido un arma de fuego que sería ubicada posteriormente en la escena.



jueves, 23 de abril de 2015

El hambre en Colombia: La otra guerra

Por Carlos Gustavo Rengifo Arias

Una versión editada de este artículo fue publicado en Periferia Prensa Alternativa en la Edición No 105, del 20 de abril - 20 de mayo del 2015

En Colombia las estadísticas oficiales de muertes por el conflicto social y armado que ha padecido nuestro país por más de 50 años, y los que pone la delincuencia común, opacan las producidas por una guerra económica que se nos aparece como silenciosa, pero no menos devastadora: la del hambre. En lo que va del periodo del 2009 al 2014, según el Instituto Nacional de Salud, cerca de 240 niños, menores de 5 años, han muerto en nuestro país por causas de desnutrición; y en enero de este año, se ha reportado que seis familias habrían enterrado a sus hijos a causa del hambre, tres de ellos no habían cumplido siquiera un año y los otros tres tenían entre 12 y 15 años. Las tasas más altas de desnutrición se presentan en los departamentos de la Guajira, Córdoba, Magdalena, Risaralda, Nariño, Meta y Vaupés, la mayoría regiones que se han caracterizado, además, por tener altos niveles de pobreza. La muerte por hambre en el mundo y en Colombia es una barbarie naturalizada.

En el resto del mundo el hambre tampoco da tregua. A 2013, según un artículo titulado “el Hambre, la guerra silenciada” de Carlos Ayala Ramírez, quien cita estadísticas de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), uno de cada 4 niños menores de cinco años padece de retrasos del crecimiento en el mundo, el hambre y la malnutrición matan a más personas cada año que el Sida, la Malaria y la Tuberculosis juntas, e incluso el autor afirma que el hambre genera más muertes que cualquiera de las guerras actuales: la desnutrición aguda mata a 10 mil niños cada día, 165 millones de niños están mal nutridos y nunca alcanzaran su potencial físico y cognitivo, 900 millones de personas pasan hambre y cerca de 2000 millones de personas en el mundo carecen de vitaminas y minerales esenciales necesarios para tener una buena salud.

¿la causa del hambre es la falta de alimentos?, Las cifras de hambre contrastan con la gran cantidad de alimentos que se producen en el mundo: un planeta de 7.000 millones de personas que produce alimentos para 12.000 millones. Aparejado a esto, la FAO afirma que 1.300 millones de toneladas de alimentos al año (sin contar pescado y mariscos) van a parar a los botes de basura y particularmente en los países desarrollados se tiran entre el 30% y el 50% de la comida que se consume. Por otra parte, allí donde hay ingresos más que suficientes el hambre no es un problema pero si la malnutrición, unos 1400 millones de personas tienen sobrepeso y de estas, un tercio son obesas y corren gran riesgo de salud por esta razón.


"Mr. Hamburguesa", Carlos Rengifo, 2015, Lápices de colores sobre papel, 21.5 cm x 15 cm.


Lo anterior no solo demuestra que existe un derroche inmoral de recursos, sino que además, está acompañado de un alto impacto ambiental: los alimentos que producimos y que luego no comemos consumen un volumen de agua equivalente al caudal anual del río Volga (el río más acaudalado y largo de Europa, con una longitud de 3.690 Km, 1.450.400 km² de superficie y un caudal medio de 8000 m³/s) y son responsables de añadir 3.300 millones de toneladas de gases de efecto invernadero a la atmósfera del planeta.

Lo que explica esta incongruencia entre las cifras de hambre y la producción de alimentos es que el mercado, institución por excelencia del modo de producción capitalista, no produce para satisfacer necesidades humanas sino para satisfacer necesidades de mercado. A esto se le agrega los bajos ingresos de amplios sectores de la población mundial (en particular, en A.L. el 20% de la población más rica tiene un ingreso 20 veces mayor al ingreso del 20% más pobre, lo que hace que 47 millones de personas sufran de hambre en nuestro continente), la concentración de tierras (cada vez las naciones más ricas compran tierras en países pobres) y el uso de la misma con privilegio hacia la destinación de ésta hacia la ganadería y los agro negocios, la falta de acceso a agua potable, y allí donde se puede acceder a los alimentos, formas inapropiadas de consumirlos.


La desnutrición en Colombia

Según los expertos existen tres tipos de desnutrición: riesgo nutricional, en la que las personas se alimentan pero no de forma adecuada (tiene que ver con la calidad de lo que se ingiere), desnutrición crónica, en la que la persona no recibe los alimentos suficientes para su crecimiento y desarrollo (tiene que ver no solo con la calidad sino con la cantidad) e inanición, en la que la persona es privada de los alimentos por completo.

En el caso de Colombia, la tasa nacional de desnutrición infantil es del 13,2%, pero en departamentos como Vaupés es crónica, llegando al 34,7%, en el Choco es de 15,7% y en la Guajira es del 27,9%. Es en este último departamento, en donde al parecer, se han presentado más muertes por desnutrición infantil, tanto así que a comienzos del 2014 el entonces director de planeación del departamento denunció penalmente a las instituciones encargadas de la atención a la niñez por la muerte de 30 niños en el 2013, y el 98,5% de estos correspondían a niños indígenas y más de la mitad eran menores de un año. A pesar de esta grave alarma a Julio de 2014 ya habían muertos otros 15 menores por desnutrición en el departamento.

Cifras más alarmantes proporcionadas por el Instituto Nacional de Salud hablan de que en Colombia muere un niño menor de 5 años cada 33 horas, lo que significaría 5 muertes a la semana, pero investigadoras de la Universidad Externado de Colombia hablan de que las cifras podrían llegar hasta los 21 niños semanales. ¿Cual es la razón en la diferencia de estas cifras?. La Sociedad Colombiana de Pediatría afirma que existe un sub-registro de las muertes por desnutrición, ya que los niños que mueren quedan registrados como muertos por neumonía, diarrea y otro tipo de infecciones graves (causadas precisamente por la desnutrición).

La desnutrición (independiente de su gravedad) esta asociado, según el Programa Mundial de Alimentos, a la pobreza, y en el caso particular de Colombia al desplazamiento, que lleva a muchas familias de las zonas rurales a engrosar los cinturones de miseria de las ciudades e impide que las familias puedan acceder a una cantidad adecuada de alimentos; y cuando difícilmente pueden acceder ellos compran los más baratos, que son generalmente alimentos ricos en Carbohidratos (Papa, Arroz, Yuca y Plátano), es decir que comen, pero no se alimentan.

La condición de pobreza es un circulo vicioso: los bajos ingresos impiden a las familias proveer a sus hijos de los alimentos suficientes y de calidad, la insuficiencia de nutrientes producen desnutrición que se manifiesta en anemia, afecta la formación de los tejidos y el crecimiento de los huesos (por eso los niños desnutridos son más pequeños), afecta la integridad de la piel y las mucosas y pueden llegar, incluso, a quedar ciegos. Finalmente, los casos más graves de desnutrición afectan de manera fundamental el sistema inmunológico y es usual que los niños mueran por infecciones pulmonares, gastrointestinales, neumonía y diarrea (las razones del su-registro que se comentaban más atrás). Los que logran sobrevivir presentan daños cerebrales y neuronales, ya que la insuficiencia de alimentos en cantidad y calidad impide que el cerebro crezca, reduciendo las capacidades de aprendizaje y predisponiéndolos a más pobreza.


Finalmente, es curioso cómo a pesar de la gravedad de las cifras de muertes por desnutrición en Colombia, nuestro país pretende ingresar a la OCDE, una institución que se precia de promover el bienestar económico y social alrededor del mundo.